En la actualidad existe toda una escena alrededor del denominado porno sound que da cabida a bandas tributo, recopilatorios de rarezas, remixes para las pistas de baile e incluso canales especializados de Internet que ofrecen la más variada programación en streaming las veinticuatro horas del día.
En el cine porno actual resulta de lo más habitual toparse con raperos y rockeros, tanto delante como detrás de las cámaras. Por norma general los músicos suelen prestar sus servicios al género de manera condescendiente y autoparódica, utilizándolo como una forma fácil de ganar dinero rápido y dar salida a sus sueños húmedos de estrellas en decadencia. Excepcionalmente podemos encontrarnos con auténticos artistas que se esfuerzan por ofrecer a la audiencia partituras lo suficientemente inteligentes y creativas como para estimular nuestros sentidos más allá de la entrepierna. Un funesto fenómeno por otra parte cada vez más extrapolable a las demás parcelas artísticas.
El 12 de junio de 1972 la portentosa garganta de Linda Lovelace inauguraba el porno chic, congregando en las colas de los cines X a celebridades de la talla de Martin Scorsese, Brian de Plama, Jack Nicholson, Truman Capote o Johnny Carson. En paralelo, algunos productores independiente se esforzaba por aportar a sus películas un trasfondo musical lo suficientemente seductor, combinando la sofisticación del jazz, las prestaciones vocales del soul y la pegada rítmica del funk con el exotismo del lounge y la calidez de ciertos ritmos latinos como la bossa o la salsa.
La revalorización de estas grabaciones en ciertos círculos especializados obedece a criterios nostalgicos. Aunque el encanto de los arreglos horteras y la library music resulta innegable, se echa de menos una visión más objetiva del fenómeno musical de las bandas sonoras pornográficas. Una percepción más especializada y rigurosa que nos ayude a separar –nunca mejor dicho– el grano de la paja.
Te has levantado y acabas de abrir el regalo que estaba al lado de tu zapato. Y te has encontrado una pantufla, una corbata, un liguero del siglo XIX, la colonia Chispas o una película VHS de José Luis Garci (aunque en plan vicio sadomaso, este regalo tiene su gracia). Vaya por dios. Antes de clamar al cielo o lanzarte al monte a buscar a tres tipejos con pinta de ser del medio Oriente, recuerda que los reyes tienen tendencia a volverse locos. Al menos en el cine hay un buen puñado de majestades excéntricas. Nosotros en Tentaciones hemos escogido solo algunos, estamos abiertos a cualquier sugerencia. Allá van.
The Internacional Man of Mystery, el inconfundible Austin Powers, se marcha a Broadway. Al menos si Mike Myers cierra las avanzadas conversaciones que mantiene durante estos días para adaptar a su personaje más conocido y convertirlo en un musical. ¿Resulta atractiva la idea de ver al agente secreto arrancarse a cantar rodeado de un cuerpo de baile? ¿Deberían Burt Bacharach y Elvis Costello involucrarse en el proyecto, como ya se ha planteado?.
A juzgar por los resultados obtenidos por el Spiderman de Julie Taymor y U2, trasladar a Broadway un personaje de éxito es mucho más complicado que llevar a la pantalla grande una obra musical. Ni los grandes nombres – Julie Taymor es la responsable de El Rey León teatral - salvaron del desastre al superhéroe de la Marvel. La gran ventaja del espía británico es precisamente que su historia original es ya de por sí eminentemente musical. La recreación de los años 60 de sus películas ha dado pie a muchos artistas a coquetear con la psicodelia y el funk en las bandas sonoras, desde Madonna a Beyoncé, pasando por los temas prestados de gente como Edwyn Collins.
Ayer se estrenó Misión: Imposible 4. Protocolo fantasma, saga rodada para mayor gloria de Tom Cruise y hoy muchos ya estareis comentando que cómo es el señor de Syracuse (Nueva York), que a sus 49 años rueda a cualquier altura (y cualquiera es cualquiera), que cómo se mantiene, que qué profesional y todas esas cosas que se dicen de Tom Cruise cuando uno sale de ver una de sus misiones imposibles. Habrá alguno que dirá que no sabe actuar... Alto ahí: TENTACIONES ha decidido autoerigirse en guardian de las esencias de Thomas Cruise Mapother IV y por tanto web defensora de sus inmensas capacidades interpretativas; por ello hemos seleccionado algunos de sus mejores momentos profesionales entre sus más de 30 películas, para callar la boca a todos esos que desprecian "al primo de William Mapother, sí, hombre, uno de los actores de la serie Perdidos". Ignorantes. Vayamos al repaso.
El rey se fue en 1977, hace ahora 34 años, pero su sombra es más alargada que nunca. Para los amantes de las conspiraciones está en algún lugar desconocido tomándose unos vinos con Buddy Holly, Jimmy Hoffa, Michael Jackson y Bruce Lee. Para la mayoría murió de un ataque al corazón como consecuencia de sus excesos con todo tipo de sustancias dejando atrás una de las carreras más fascinantes de la historia de la música.
Pero en 2012, se supone que por la orfandad de ideas que asola Hollywood, hasta cuatro proyectos van a pelearse entre sí por llegar a las plateas y –lo más importante- hacer negocio con ello (evitando si fuera posible todo gasto excesivo, en aquello tan popular estos días de la “finanzas creativas”). La situación recuerda (por cuadruplicado) aquellos tiempos donde películas de meteoritos o volcanes o invasiones extraterrestres o escritores de leyenda pugnaban por hacerse un hueco casi simultáneamente en la cartelera. Aquello no acabó siendo ningún desastre y todos se llevaron su dinero a casa así que por qué no probar de nuevo.
El biopic del cantante de Queen protagonizado por Sacha Baron Cohen se llamará Mercury. El productor del filme, Graham King ha confirmado en DigitalSpy.co.uk que ese es su working title, el título provisional usado durante el rodaje: “Por el momento es la decisión que se ha tomado, pero no podemos asegurar que se mantenga hasta el final”.
Últimos estertores del festival y últimas buenas películas. La 49ª edición del FICXixón llega esta noche a su fin y antes aún hay tiempo para ver dos películas interesantes, The forgiveness of blood y The woman in the fifth, de dos directores inteligentes, Joshua Marston y Pawel Pawlikowski, respectivamente; y para recuperar en las sesiones de filmes premiados lo mejor del festival.