(Ilustración original de Wenceslao Lamas)
Ayer por la mañana el Primavera Sound anunciaba la incorporación de nuevas bandas a su cartel, todas con un único denominador común: el metal. Y además, servido por toneladas: Harvey Milk, Orthodox, Melvins, Liturgy, Sleep, Wolves In The Throne Rooms, Napalm Death y Mayhem se codearán este año con Björk y Franz Ferdinand en un desfile de nombres que no desentonaría en un festival como el de Wacken. Como era de esperar, enseguida saltaron las alarmas en los foros de internet; mientras unos se llevaban las manos a la cabeza, otros alzaban los cuernos al cielo.
En una conversación telefónica, Abel González, uno de los responsables de la programación del festival, reconoce que la polémica obedece a un premeditado golpe de efecto. "Está claro que, si en lugar de anunciarlos en un mismo bloque hubiésemos optado por hacerlo en sucesivos comunicados, la sangre no habría llegado al río". Y razón no le falta: en 2006 el recién estrenado recinto del Fòrum se llenó de camisetas de Iron Maiden para ver a Mötorhead y la presencia de bandas como Isis o SunnO))) en posteriores ediciones tampoco fue motivo de escándalo. Ni tan siquiera cuando hace un par de semanas se confirmaba la asistencia de Godflesh, que para el caso es lo mismo.