Es imposible ser un tintinófilo de pro y no estar especialmente nervioso esta semana. El estreno de Las aventuras de Tintín. El secreto del Unicornio está siendo esperado por los más fieles lectores de Hergé con una mezcla de expectación y… una tensa prudencia: a fin de cuentas, trasladar la síntesis de la línea clara a un universo tridimensional y casi hiperrealista no parece el mejor camino para respetar las esencias formales del mito, aunque quienes ya han visto la película de Spielberg hablan de un poder de seducción a prueba de bombas (e integrismos estéticos).
Para ir preparando el camino, proponemos aquí un repaso a las vidas paralelas (cinematográficas) del famoso reportero belga del sucinto tupé: un quinteto de tintines posibles, fuera del canon de la línea clara y de las animaciones más respetuosas con la caligrafía de los álbumes originales. Algunos se hicieron realidad, otros quedaron en el limbo de las posibilidades, otros mutaron, se camuflaron bajo otras formas para escapar de la vigilancia casi policial de los herederos de Hergé…