(Ilustración original Wenceslao Lamas)
El 12 de junio de 1972 la portentosa garganta de Linda Lovelace inauguraba el porno chic, congregando en las colas de los cines X a celebridades de la talla de Martin Scorsese, Brian de Plama, Jack Nicholson, Truman Capote o Johnny Carson. En paralelo, algunos productores independiente se esforzaba por aportar a sus películas un trasfondo musical lo suficientemente seductor, combinando la sofisticación del jazz, las prestaciones vocales del soul y la pegada rítmica del funk con el exotismo del lounge y la calidez de ciertos ritmos latinos como la bossa o la salsa.
La revalorización de estas grabaciones en ciertos círculos especializados obedece a criterios nostalgicos. Aunque el encanto de los arreglos horteras y la library music resulta innegable, se echa de menos una visión más objetiva del fenómeno musical de las bandas sonoras pornográficas. Una percepción más especializada y rigurosa que nos ayude a separar –nunca mejor dicho– el grano de la paja.
El sello discográfico de culto Ligth In The Attic lleva tiempo dando muestras de su olfato para reflotar pequeñas obras maestras para sibaritas del sonido retro. Una de sus más celebradas operaciones de rescate se centra en la reedición de antiguas bandas sonoras del cine porno de los años setenta. Un torrente secreto de infecciosas melodías venéreas que en su momento pasaron desapercibidas y que a día de hoy se han convertido en codiciados objetos de deseo para coleccionistas de todo el mundo.
De entre su envidiable catálogo, despunta por derecho propio la banda sonora original del clásico por antonomasia del género que nos ocupa: Garganta profunda (Gerard Damiano, 1973). Como corresponde a la ocasión, la reedición en vinilo de 180 gramos es prolija en material gráfico. Además de respetar el delicioso artwork original, incluye una reproducción a tamaño natural del poster promocional y una divertida selección de citas del sexólogo William Wackenstein. Similares prestaciones erógenas presenta el score de Garganta profunda 2 (Joseph W. Sarno, 1974), con el añadido de las notas “a pie de cama” del entrañable Ron Jeremy.
Ambos títulos ofrecen un muestrario completo del prodigio lúbrico conocido como porn groove que, amamantándose de los derroteros más procaces de la música negra, elevan la moral con letras escabrosas al servicio de una rítmica sudorosa pero elegante. Con temazos del calibre de She’s Got To Have It, Deeper And Deeper o instrumentales como Pussy Cola es tan sólo cuestión de tiempo que alguna lumbrera hollywoodiense de la talla de Quentin Tarantino repare en las prestaciones sonoras del género y lo popularice en alguna de sus películas.
De hecho, otra de las referencias del sello, la banda sonora de Lialeh (Barron Bercovichy, 1974) no desentonaría en absoluto en el metraje de Jackie Brown (Quentin Tarantino, 1997). Se trata de una golosina blaXplotation que deja en pañales a cualquier soundtrack de la época, llevándonos más allá de lo que el mismísimo Shaft se hubiera atrevido nunca. El responsable de semejante bomba sexual no es otro que Bernard “Pretty” Purdie, batería y músico de sesión que afinó el “punto G” de la comunidad negra al mismo tiempo que colaboraba con artistas de la talla de Curtis Mayfield, Aretha Franklin, los Rolling Stones o James Brown.
El derroche de testosterona alcanza cotas inimaginables a golpe de fuck funk: el wah-wah incendiario de All Pink In The Inside y la incitaciones al lenocinio (al más puro estilo de Marvin Gaye) de la estelar Touch Me Again contribuyeron en su momento a subir la temperatura de las butacas. Y lo que es más importante: todavía hoy consiguen hacer que el oyente se corra del gusto. Con perdón.
Siguiendo la húmeda brecha abierta por Light In the Attic, los excelentes recopilatorios de la serie Deep Note resultan infalibles a la hora educar oídos profanos y familiarizarlos con el excitante sonido clásico del cine porno de los setenta. En los numerosos cortes de cada CD abundan los sucios riffs de guitarra, mezclados y los saxofones sicalípticos mezclados con excitantes muestras de electrónica trotona a cargo de sintetizadores analógicos.
Sin lugar a dudas Inside Deep Note: Music of 1970s Adult Cinema (Ost Grammofon, 2003) destaca como su entrega más recomendable, ofreciendo al oyente una cuidada selección de las mejores piezas de la época dorada del “cine para adultos”. Al margen del interés fetichista de su cuidada edición (que cuenta con un imprescindible libreto de dieciséis páginas a todo color en formato digipack), su contenido glosa con esmero tan calenturiento legado.
Profundizando en las recopilaciones, conviene prestar especial atención a las de Beat al Cinecittà y sus análogas Easy Tempo y Shake Sauvage, que recuperan pequeñas joyas del erotismo italiano, el sleazy listening alemán y francés de aquellos años, haciendo gala de un envidiable rigor enciclopédico y un exquisito buen gusto por los sonidos “de autor”. Gracias a sus responsables, podemos regodearnos en las sobresalientes composiciones de algunos de los mejores compositores europeos del momento, como Pierre Bachelet, Klaus Harmony (encumbrado por sus exégetas como “el Mozart del cine erótico”), Gert Wilden, Bruno Nicolai o el mismísimo Ennio Morricone. Sólo queda descubrirse ante pequeñas obras maestras del priapismo aural como Historie d’ O, Autoestrada Per Los Angeles, Sospiri Da Una Radio Lontana...o estremecerse ante los gemidos retozones de la sinpar Rita en la antológica Erotica.
Pero si lo que uno quiere es profundizar en los procelosos cauces del porno europeo, nada mejor que echar mano a dos recopilatorios absolutamente infalibles: Parties Fines (A Voluptuous Journey Through 70′s French Erotic Cinema) (Vadim Music, 1998) y St. Pauli Affairs (Red Light Music From The German Reeperbahn Movies Of The 60′s and 70′s) (Diggler Records, 2002). Ambos artilugios entran a pelo y sin vaselina desde la primera escucha, con la ruda suavidad de un guante de seda forjado en hierro.
Parties Fines ofrece un somero muestrario del delicado savoir-faire de los franceses en las lides de alcoba. Un extenso abanico de registros que van desde la impostura clásica de pletóricas producciones instrumentales a la promiscuidad hedonista de la música disco, pasando por incestuosas baladas melifluas de inspiración gainsbourghiana. Todo ello, por supuesto, desde la óptica progresista de la liberación sexual del Mayo francés, rien ne va plus.
Por su parte, St. Pauli Affairs nos enfrenta con la cara más escarba en facetas no por sórdidas menos sofisticadas. Gracias a la encomiable labor de documentación de sus responsables, el disco nos ofrece una panorámica de los polémicos “Reeperbahn Films” que, desde finales de los sesenta y hasta mediados de los setenta, pusieron sobre el tapete las prácticas sexuales centroeuropeas. Baste añadir que Reeperbahn era el nombre de la calle de mayor trasiego del “barrio rojo” de Hamburgo y que el espíritu libertino de sus aceras y soportales son retratados con crapulencia pop por músicos de indiscutible talento como Peter Schirmann, Rolf Kühn o Peter Thomas.
Mención aparte merece Schulmädchen Report, obra magna del anteriormente citado Gert Wilden, cuyas fanfarrias de rock ácido y proto-electrónica ye-yé nos deleitan y sorprenden de puro delirio barroco. Una banda sonora de culto tan arrebatadoramente sexy, jovial y divertida como la propia película.
(Continuará...)
Hay 4 Comentarios
Me he puesto la canción de Rita y he tenido que quitar rápidamente el volumen, que mi compañero se pensará que estoy viendo una porno. xD
Publicado por: Solitario Mahjong | 08/01/2012 19:05:19
espectacular selección. Había visto hace algunos años una columna en Brasil donde recopilaban un grupo de temas de los 70 especialmente hechos para tal genero, y ahora confirmas que verdaderamente, podrían ambientar cualquier película Tarantino o afin, ganándose al gran publico de hoy. Potente musica!!!
Unos cuantos se habrán quedado enganchados al post......
jejeje
Publicado por: Luis Franco | 07/01/2012 18:49:41
Jejejeje algunos fans de Klaus Schulze iban a ver la peli con la excusa de la banda sonora, jejejej!!!!!!!!!!!!
Publicado por: MGA | 07/01/2012 16:21:55
¿Y la banda sonora Body Love compuesta por Klaus Schulze para la película de Lasse Braun?
Publicado por: M. | 07/01/2012 14:05:56