Th1rt3en
Roadrunner (2011)
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Antonio Fraguas
Unos 31 años tenía Dave Mustaine cuando en septiembre de 1992 se subió a aquel escenario de la plaza de las Ventas de Madrid compartiendo cartel con Iron Maiden y Pantera. Abrieron con una andanada como Holy wars... The punishment due. El que esto escribe tenía 18 años recién cumplidos. Imagínense. Mustaine era temible: un superviviente de las drogas duras y de una infancia atroz. Sus diatribas contra sus excompañeros de Metallica estaban en todo lo alto (el llamado Black Álbum arrasaba) y los temas que paría Mustaine eran coléricos y demoledores.
Aquel virtuosísimo y feroz guitarrista, cantante de voz gatuna, es hoy es un cincuentón rehabilitado. Ya no da miedo, sino que empieza a inspirar esa ternura que con las décadas van ganando personajes como Lemmy, de Motörhead, o Angus Young, de AC/DC. Pero que nadie se equivoque, Mustaine será un cincuentón, lo que no quita para que este Th1rt3en (su décimo tercer álbum de estudio, en el que vuelve al bajo el seminal Dave Ellefson) esté plagado de canciones que escuchadas al volumen adecuado (es decir, MUY alto) a más de uno le van a saber al Megadeth más legendario: el de Rust in peace o Countdown to extinction. Ahí está por ejemplo un trallazo descoyunta-cervicales como Never dead (de temática muy en sintonía con la inspiración zombie que recorre todo el álbum).
Quizá se explique este sabor al mejor Megadeth porque no todos los temas son de reciente composición (algunos han sido grabados ahora por vez primera, pero compuestos hace años). Sea como sea, todas las canciones funcionan, aunque a menudo caigan en los tópicos del género. A saber: lo de saltarse los límites (Fast lane), o la vida sin escrúpulos (la de Al Capone —en el caso de Public enemy No.1—, o la de la frontera mexicana, en Guns, drugs & money). Y luego, claro, abundan las letras de inspiración política, tan queridas por Mustaine (We the people, Millennium of the blind). También hay lugar para la introspección. El último corte (13) es una suerte de epitafio en el que Mustaine reconoce el milagro de seguir vivo (“trece veces he tenido suerte” / “trece maneras de ver al diablo en mis ojos”). Se espera que la banda pase por España en 2012. Entonces podremos reencontrarnos con ese deslumbrante superviviente de melena pelirroja que es Dave Mustaine y disfrutar de sus nuevos himnos en directo. ¡Larga vida al muerto viviente!